marta rodríguez

Mi nombre es Marta Cecilia Rodríguez Castro. Este es mi octavo año en la Asociación Misioneros del Amor de Jesús y María. Le doy gracias a Dios día a día, por permitirme hacer parte de ella y oro siempre por nuestro director, don Luis Fernando Gómez Suárez, quien ha sido mi guía espiritual. Oro también por cada uno de los integrantes y coordinadores, pidiéndole a Dios que los siga fortaleciendo junto con mamita María y también pido por todos los que hacemos parte de esta gran familia, para que nos ilumine nos proteja, nos fortalezca y que obre en cada uno de nosotros para que también empecemos a actuar en su santísima, divina y perfecta Voluntad.

Dios me fue enamorando y acercándome a Él poco a poco.
Tenía 31 años cuando empezó a querer hacer la primera comunión.En ese momento mi hijo tenía 9 años y todavía no estaba bautizado y menos había hecho la primera comunión. Con gran entusiasmo le pregunté si quería que lo bautizara, diciéndole que los dos haríamos la primera comunión y su respuesta fue que sí. Esto no lo hice anteriormente, porque no me había llamado la atención y tampoco había caído en cuenta que esto no se había hecho. Le pregunté a mi mamá y me dijo que no había plata para un vestido y no se dio la ocasión de hacerlo con el uniforme del colegio -cuando a uno no le inculcan algo, uno deja que vayan pasando las cosas- fue Dios quien puso esto en mi corazón.

Una persona nos formó a mi hijo ya mí durante un año, claro está que él, con otros niños de su edad y yo sola, en casa de la señora.
Yo iba de noche cuando salía de trabajar, este fue un proceso fuerte para mí. Mi hijo hizo su bautizo a los 10 años y el mismo día los dos hicimos la primera comunión. Ya había cumplido 33 años, no me vestí de blanco, la gente pensaría que me habían dejado plantada en el altar.

Pasó el tiempo y comenzó a asistir a Misa, pues anteriormente no lo hacía.
Con los años quise tener una guía espiritual, y aunque no sabía lo que era, quería uno. Esas palabras las sacaron a repetir en las mañanas sin saber que era una guía espiritual y menos, para que servía. Ocho días después de la primera comunión, hice la confirmación, pero estuve mucho tiempo sin confesarme y dejé otra vez que las cosas del mundo me atraparon y me fui retirando.Hasta que por fin hablé con un padre, le pregunté si me podía confesar y si quería ser mi guía espiritual. No sé qué cara hice, pero el padre se dio cuenta que yo no sabía lo que estaba pidiendo y me preguntó: "¿usted sabe que es una guía espiritual?" yo contesté "...la verdad que no", le comenté que me despertaba con esas palabras en la boca y entonces él me lo explicó. En adelante empecé a confesarme con él bastante seguido ya dejarme guiar. El padre murió recientemente, se llamaba Fabio Alonso Mejía, este sacerdote fue mi ángel aquí en la tierra, era realmente un santo.

Un día cualquiera en el año 2014 después de la confesión, el padre me dijo que fuera a un grupo que había en la parroquia, y fui una sola vez, no volví por los siguientes dos años.
Un día me desperté haciéndome la pregunta de si tenía que volver a ese grupo, y pensé que tenía que preguntarle al padre, pero tardé dos meses en hacerlo, el enemigo me alejaba otra vez, hasta que por fin le preguntó al padre después de una confesión, él se sorprendió y me dijo: "¿Usted no volvió?... vuelva, diga que yo la envié y nada más".

Efectivamente volví un sábado de octubre de 2016, estaban por presentar un examen para terminar el nivel básico.
Esa vez me gustó todo, la coordinadora doña Gloria Jiménez con el cariño que la caracteriza, me explicó todo y me invitó a unas reuniones que iba a haber pronto en la Asociación. Fui a una oración comunitaria y quedé muy emocionada por todo lo que sentí.En el siguiente año 2017 comencé mi formación básica y aquí estoy, para mí cada día de formación es un manjar, me encanta cada día, me siento nueva, hay mucho que aprender y sobre todo poner todo lo aprendido en acción, que es bastante difícil , aunque no imposible, si nos dejémonos guiar por el amor de nuestro padre amado y la santísima Virgen María, no estamos solos, nos acompaña una corte celestial completamente hermosa y maravillosa.

Les quiero compartir mis experiencias ya estando en la Asociación.
La primera en el 2019, ya llevaba dos años de formación y un día me levanté diciendo: "Dios estaba conmigo y por eso no me mataron".Yo tenía 13 años, cuando fui abusada y casi me matan, y después de 48 años grabé que yo le rogué a Dios en esos momentos que no me mataran, el enemigo me ocultó eso durante 48 años. En ese entonces, sé que me golpeó mucho, pero no entendió lo que me habían hecho, todo lo fui comprendiendo hasta mis 17 años. Fue un proceso duro y superado con el mejor psicólogo del mundo, que es nuestro Santísimo Padre amado, porque no hubo quien más me ayudara. No habló con nadie, primero por no entender y después porque me sentí avergonzada, sucia, indignada, menos que los demás y hasta culpable de algo que yo no busqué; solo me preguntaba "¿Por qué?" y desde ahí empecé a criticar a Dios y decían como muchas personas: ¿Si Dios es tan bueno, porque me permitió pasar esto?y durante un tiempo estuve renegando de Él, pero lo más importante, es que al final me mostró que estoy viva por su gracia, por su voluntad.

La segunda experiencia es que duré 5 años con brotes en el cuerpo, los médicos decían que era herpes zóster, pero no conseguía ayuda de ellos, mi brote era cada vez más complicado.
Me mandaron al dermatólogo y después de 3 años, cuando me vieron, inmediatamente dijeron que eso no era herpes, sino algo extraño. Me hicieron una biopsia en la cual salió que era dermatitis crónica y que ya era de por vida. Por supuesto no lo creí, Dios obró en mí a través de la Asociación, en un retiro de sanación y liberación (que se hace a fin de cada año);ya llevo 4 años sin brotarme, y en nombre de Nuestro Señor Jesucristo, no me voy a brotar nunca más. Dios es perfecto en todo lo que hace, mi médico, mi psicólogo, mi todo, es perfecto. Mis sobrinos son médicos, pero desafortunadamente son ateos, les conté lo que me pasó, pero todavía no me creen. Esto me dio pie para decirles a ellos ya mi familia que la vida puede ser buena, pero con Dios es maravilloso, cuando nos ponemos en sus manos y dejamos que Él actúe.

La tercera experiencia sucedió en una época en la que surgió una situación bastante complicada en mi familia, por una persona ajena,
una mujer que llegó a destruirlo todo. Desafortunadamente entró mintiendo y manipulando, sabía cómo ganarse las personas, para que le creyeran.Siempre quería ser el centro de atracción, tuvo relaciones íntimas con varios hombres de mi familia, incluso con menores de edad. Nunca me cayó bien, no me sentí bien con ella. Logró dañar un hogar y aún así muchos de mi familia le abrieron las puertas, la cambiaron una buena mujer, hasta que me di cuenta que también se acostaba con mi hijo, que era menor de edad en ese entonces. Yo comenté esto en la casa y no me creyeron, ella lo negó todo, a ella sí le creyeron ya mí me llamaron "loca, demente" me decían que cómo podía yo hablar mal de una niña como ella; la odié y le deseaba cosas feas, hasta que Dios me empezó a guiar y me puso a que orara por su conversión y así lo hice.Tuve pruebas en mis manos para demostrar que yo decía la verdad, pero no sabía qué hacer, en un momento pensé en mostrárselas a todos, pero algo me detuvo y empecé a orar. Guardé las pruebas, le pedí a Dios que hiciera su voluntad y que por favor le mostrara toda la verdad a mi familia. Con el tiempo pasó todo lo que tenía que pasar y todas las personas que la defendían, tuvieron sus propias pruebas, fue doloroso para ellos, el aceptar que todo lo que yo les decía era cierto, porque se dieron cuenta que fueron utilizados y burlados. La enseñanza que yo veo en esto, es siempre mantenernos en Dios y dejar que Él actúe, es el único perfecto y que sabe que es lo que hay que hacer.La otra moraleja que me queda de todo esto, es que: "familia es familia" hay que valorar a cada miembro, respetándolo y cuidándolo del daño de terceras personas.

Una cuarta experiencia la viví en el año 2021, el cual fue inolvidable por tantas situaciones complicadas y difíciles.
En ese año mi mamita tenía 91 años y mi papito 92 años, en marzo a mi papito se le subió mucha tensión. Yo no sabía si debía llegar o no a un hospital, por la situación que estaban viviendo amigos y familiares a raíz del Covid. En esa época, a todos los enfermos los que se registrarían como contagiados, aunque no lo estuvieran.Finalmente se encontró que ya pesar de que no tenía ningún síntoma y estaba saturando 96, que está muy bien para una persona de su edad, lo que querían ingresar como enfermo de Covid. Hubo algo que no me gustó, en el hospital me insistieron mucho para que yo les firmara un documento sin leerlo. Me decían que no lo iban a atender, si yo no firmaba, querían que yo firmaba a como diera lugar, pero Dios me puso en el corazón que no operó hasta que no lo leyera. Cuando dije que lo llevaba para otro lado, dejé de insistir. Más tarde tuve tiempo de leer el documento y decía que yo autorizaba entubar a mi papá, entonces lo saqué inmediatamente de ese hospital.Un mes después de ese episodio, mi papito empezó a decir cosas como: "Jesús el de la cruz va a venir por mí", también decía que había visto a Nuestro Señor Jesús, e insistía mucho: "Jesús el de la cruz pide mucha oración, Jesús el de la cruz llora mucho porque nos estamos matando unos a otros" y lo último que sucedió y que fue más alarmante, es que un día se paró de la cama y dijo: "¡me voy...!" y yo le dije: "¿papito usted para dónde se va?" él se miró los brazos y miró al aire y dijo: "pero yo no tengo alas" y se sentó. En ese momento estábamos con mi mamita y mi hermana Olga, en todos los episodios estábamos las tres.Yo les dije a ellas dos: "Dios me puso en el corazón que mi papá se está preparando, y nos está preparando para su partida", ellas no me creyeron y se pusieron muy nerviosas. Mes y medio después, el 13 de mayo y con la autorización de mi papi, fue un sacerdote y le puso los santos óleos a él ya mi mami.

Ese día llegamos a enfermarse y el 26 de mayo tuvimos que hospitalizarlos a los dos.
Mientras tanto, un hermano entró en coma y todos nos contagiamos de covid, ahora sí era cierto que usó covid y no lo sabíamos. Mi papito murio el 28 de mayo, solo Dios sabe que lo que digo es verdad, los dos dias que mi papito estuvo en el hospital, solo lo podiamos ver tras una puerta de vidrio.Mi hermana no me creía que cuando yo entraba a mirar a mi papito, él me saludaba con su mano y me sonreía, con ella no sucedía eso. El segundo día entre a despedirme y vi sus canas brillantes, resplandecientes; aunque mi hermana lo viera normal. Gracias a Dios, la doctora hizo el comentario delante de mi hermana, que antes de que yo entrara mi papito abría los ojos y me saludaba. Mi hermana me miró y se quedó en silencio, porque se dio cuenta de que le estaba diciendo la verdad. Al siguiente día nos llamaron para decirnos que mi papito había muerto.

El resto de mis hermanos tampoco creyeron que lo había visto brillante y las cosas que mi papito decía sobre Jesús el de la Cruz, me llamaron "estúpida" y "la iluminada de la casa"
yo les decía gracias a Dios soy iluminada por Dios y la santísima Virgen María y toda la corte celestial.

Por otro lado, al poco tiempo de que mi papito muriera, a mi hermana la atropelló una moto y le partió la cadera.
Yo le pedí mucho a Dios que me diera fortaleza, porque no sabía qué hacer, qué pensar, y le rogaba mucho que no permitiera que yo renegara de Él, o de lo que estuviera pasando, sino que me mostrara que tenía que entender y que tenía que aprender.

Pasaron 15 días y no nos permitieron verla, aunque deberíamos estar aislados, porque todos necesitaban covid.
A mí no me afectó tan sinceramente gracias a Dios ya la Santísima Virgen María, porque tuve que cuidar a los demás; pero con nosotros estuvimos siempre toda la corte celestial, dándonos fortaleza.Mientras tanto, buscábamos cómo hacer para que nos dejaran ver a mi mami, en ocasiones las enfermeras permitían que habláramos con ella por celular, pero yo la sentía muy brava y distante, nos dijo que no quería hablar más con nosotros, ella todavía no sabía que mi papito habia muerto. Yo le dije a mi hermana la que no creía que yo vi a mi papá brillar, que Dios me puso en el corazón que mi mamita sintió que nosotros la habíamos dejado abandonada en el hospital.

Finalmente los médicos se supieron que mi papito había muerto y eso ayudó para que autorizaran a dejar entrar a una persona durante 7 días sin salir ni siquiera de la habitación, y esa persona fui yo.
Eso sí me hizo firmar muchos documentos, donde aceptaba la responsabilidad si llegaba a enfermarme, pero eso no me importaba, yo solo quería ver a mi mami. Entré a la habitación toda cubierta con gorro, tapabocas y bata, cuando le hablé a mi mamita me abrazó y yo tenía que poner mi mejor sonrisa y disposición para ella, aunque mi corazón estaba partido en muchos pedazos. Fue duro verla con su piel reseca, duré dos días desenredándole el cabello, ella había perdido la poca movilidad que tenía, fueron muchos días acostada, su piel reseca estaba casi a reventar, en fin, Dios me puso en acción en esos días. Los decían que mi mami tenía el EPOC de base, ya de varios años, que el covid realmente no había afectado a ningún órgano, pero que no sabían porque seguía tan enferma.Obtuve una respuesta muy pronto, el amor todo lo puede, las enfermeras siempre tuvieron muy buena disposición con mi mamita, pero sabíamos que ellas no le podían dedicar el tiempo que un adulto necesita. Día a día mejoraba, al tercer día estaba mejor, los médicos la vieron totalmente diferente, sonriente, peinada, su piel más tersa y con mejor actitud.

Ellos me preguntaron que había hecho y yo les contesté: "hacer las cosas con amor, a pesar del dolor", yo le comenté al médico que un paciente también se puede morir de pena moral y que mi mamita había pensado que nosotros la habíamos dejado abandonada en el hospital, lo cual ella misma me concedió.
Con el amor de Dios, comencé a forzar un poco a mi mami y al sexto día ya caminaba en la habitación con el caminador.Todo era como un juego de emociones, lloraba en el baño por la muerte de mi papi, me bañaba la cara y salía sonriendo a mi mami, para darle ánimo. Mi hermano había tenido dos preinfartos cuando estaba en coma, a mi hermana la que fue atropellada por una moto, se demoraban en operarla y estaba evolucionando mucho. Cuando le dieron salida a mi mami, no sabía si llorar, o reír, o qué hacer, porque tenía que contarle que mi papito había muerto y que su hijo estaba en coma.

En todo este proceso, Dios permitió en varias multas de semana asistir a las clases virtuales que usaron en la Asociación Misioneros del Amor de Jesús y María.
La fortaleza, el apoyo que uno siente de sus compañeros, las oraciones de todos, esa hermandad tan bella que sintió, ese respaldo sincero de toda la Asociación, gracias a Dios por este regalo hermoso y maravilloso que me ha permitido vivir con esta gran familia . Mi mamita escuchaba las clases conmigo y el Santo Rosario. Las cosas fueron mejorando para todos, con el amor de Dios, mamita María, todos nuestros ángeles, nuestros santos, el ángel de la guarda de nosotros y cada uno de los que hacen parte de la corte celestial. En ese momento ya pude contarle a mi mamita todo lo de mi papá.

Esta es la quinta experiencia y la puedo titular como "menos dolor y más amor".
No había caído en cuenta que las personas con las que yo estaba últimamente, se encontraron en una situación parecida a la mía, cuidaban a sus papás ya de edad. Algunos de ellos iban fallando y es muy doloroso ver sufrir a las personas y no saber qué hacer o qué decir. El acompañarlos era lo único que podía hacer. Dios en su gran misericordia y amor, me puso en el corazón diciendo: "pídale a Dios mucho, que ese dolor se convierta cada vez más en amor a todos los recuerdos y momentos vividos con ellos" y sucesivamente, obtuvo a morir varios papitos. Empecé a pensar que de pronto era una preparación para cuando los míos no estuvieran.

Uno sabe que esos momentos llegarán,
pero uno nunca esta preparado.Cuando murió mi papito el 28 de mayo fue muy duro y también todas las complicaciones con mi hermano hospitalizado y en coma, todos con covid, mi hermana hospitalizada y después con su cadera partida. En fin, queda uno que no quiere que nadie diga, ni haga nada con uno. Le pedí a Dios mucha fortaleza, porque usé que seguir con mi mamita y manejar todo lo que pasaba en el entorno. Cuando mi mamita murió el 22 de octubre, un año y medio después de mi papito, fue multiplicado el dolor, porque yo me desbordé, por la falta de mi papito y de mi mamita. Ese 22 de octubre sentí como un despertar extraño, como si ese día hubieran muerto los dos. El sentirme sin bases, sin papás, porque todo lo que yo hacía era en torno a ellos, yo existía para ellos, ya llevaba 14 años cuidándolos.Durante ese tiempo hubo muchas complicaciones de salud las cuales fueron controladas con la gracia de Dios y el amor de mamita María. Estoy eternamente agradecida con Dios por haberme permitido acompañarlos y ayudaros cuando más lo necesiten.

Ocho días después del fallecimiento de mi mamita, tuvimos el primer fin de semana de preparación para el retiro de sanación y liberación de noviembre.
Ese fin de semana lloré mucho en el Santo Rosario ya la vez le pedí perdón a Dios, porque no podía dejar de llorar y le pedía que yo aceptara su voluntad. A los quince días, el sábado 12 de noviembre, empezamos el Santo Rosario e iba a empezar a llorar.Yo tenía los ojos cerrados y sentí que mamita María me colocó como un dedo en el corazón, sentí como cuando cae una gota en agua y se expande como en olas; lo sentí en mi corazón y se expandió por todo mi cuerpo.

Yo daba gracias a Dios ya mamita María y empecé a sentir un amor muy bello.
Recordaba a mi mami cuando sonreía y los momentos bellos. Fue todo espectacular, un regalo de Dios. No sé cómo lo tomen, pero sentí que vi a mamita María sin verla, la sentí de un amor como nunca, no sé bien cómo expresarlo. Amo mucho los recuerdos con mis amores, osea mis papitos. Les hablo, les mando besos, claro está que los extraño mucho. Así fue como entendí el dolor que se convierte en amor, el consejo que le dio a mis amigos.La Santísima Virgen María se encargó de que entendiera las palabras que Dios me había dado. No sé cómo lo tomen, pero sentí que vi a mamita María sin verla, la sentí de un amor como nunca, no sé bien cómo expresarlo. Amo mucho los recuerdos con mis amores, osea mis papitos. Les hablo, les mando besos, claro está que los extraño mucho. Así fue como entendí el dolor que se convierte en amor, el consejo que le dio a mis amigos.

La Santísima Virgen María se encargó de que entendiera las palabras que Dios me había dado.
No sé cómo lo tomen, pero sentí que vi a mamita María sin verla, la sentí de un amor como nunca, no sé bien cómo expresarlo. Amo mucho los recuerdos con mis amores, osea mis papitos.Les hablo, les mando besos, claro está que los extraño mucho. Así fue como entendí el dolor que se convierte en amor, el consejo que le dio a mis amigos. La Santísima Virgen María se encargó de que entendiera las palabras que Dios me había dado.


















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